Al hacer la declaración de la Renta, es muy habitual que el contribuyente confirme el borrador facilitado por la Agencia Tributaria, dando por buena la información facilitada por la propia Hacienda. No obstante, hemos de tener en cuenta que ese borrador, no es más que una propuesta de declaración que se calcula con los datos fiscales disponibles. Para calcular el borrador, la Agencia Tributaria utiliza la información que recibe de terceros tales como:
- de la empresa donde el contribuyente trabaja recibe sus rendimientos y cuotas a la seguridad social;
- de los bancos recibe los intereses que han producido las cuentas bancarias, los dividendos, los planes de pensiones y las hipotecas;
- del Catastro recibe información de los inmuebles del contribuyente;
- de organismos públicos recibe información sobre las ayudas y subvenciones recibidas.
Así las cosas, puede que haya datos que no estén incluidos por no haber sido puestos en conocimiento de la Agencia Tributaria, u otros, como los que afectan al estado civil, nacimiento o adopción de hijos en el año, o al derecho a deducción por ascendientes, que únicamente pueden aportar los afectados. Incluso hay datos, como el abono de cuotas sindicales, que por imperativo legal no pueden ponerse a disposición de la Agencia Tributaria.
Así las cosas, es posible que el contribuyente esté obviando circunstancias que debe incluir, tales como ingresos que no obran en poder de la Administración, operaciones con bienes inmuebles… exponiéndose con ello a una posible sanción, tal y como ha establecido el Tribunal Económico Administrativo (TEAC) en una reciente resolución al señalar que «los olvidos de la Agencia Tributaria pueden suponer una sanción al contribuyente».
Igualmente, puede ser que el contribuyente no esté incorporando a su declaración otros datos que le permitirían obtener una mayor devolución o una menor cantidad a pagar.
Por eso, desde Quarzo Abogados& Economistas le recomendamos que no se fíe del borrador y compruebe que las magnitudes que se han tenido en cuenta son correctas y que se han incluido todos los dato. El pequeño coste que le puede suponer recurrir a un especialista puede ahorrarle grandes sustos y reportarle un mayor beneficio.
